El baño es una habitación importante dentro de nuestro aseo e higiene personal, por ello, es fundamental que cuente con un diseño que lo haga lucir confortable y que facilite su limpieza. El revestimiento de pisos es básico para este propósito, pues la correcta elección brindará una óptima resistencia a la humedad, al tránsito continúo y hará que los espacios luzcan más estéticos e incluso iluminados.
Entre las opciones de pisos cerámicos para baños, están las losetas cerámicas, que destacan por su alta resistencia a los impactos, rayones y al desgaste en general, por su fácil higiene y sencilla instalación, por su acabado antiderrapante y por ofrecer gran variedad de estilos para adaptarse a cualquier decoración.
Para que elijas el piso cerámico más apropiado para ti, a continuación, te compartimos algunas recomendaciones que te servirán en la decisión final.
Actualmente, hay pisos de cerámica en diversos tamaños. Los podemos encontrar en piezas de 45 x 45 cm hasta 60 x 60 cm, aunque también hay otros más pequeños o incluso en forma de lámina para ajustarse a varios tipos de decoración y a la forma de nuestro espacio. Pero antes de elegir las medidas, debemos obtener las dimensiones exactas del baño.
Para esto, hay que calcular cuántos metros cuadrados tiene la superficie. Obtenemos las medidas de cada lado (largo y ancho) y multiplicamos. En este sentido, si nuestro espacio mide 5 x 4 m, tenemos 20 m².
A esta cantidad hay considerar sumarle alrededor de un 10 o un 15% adicional de material para desperdicios por cortes, bordes y repuesto de baldosas.
La recomendación general es no incluir piezas de cerámica de gran tamaño, sobre todo si el espacio es pequeño. Una medida estándar será lo ideal para facilitar el corte de las piezas que van alrededor del lavamanos, el inodoro y de la bañera.
Si bien, los pisos cerámicos para baños se caracterizan por tener larga durabilidad, en el mercado existen piezas de mayor o menor resistencia al desgaste. Para identificar ante qué nivel nos encontramos, hay que verificar su nivel de P.E.I. o de resistencia a la abrasión. La escala va del I al V, siendo el primero el de menor resistencia y el último el de mayor.
Los niveles I, II y III se recomiendan para lugares de tránsito liviano, mientras que el IV y el V se recomienda para lugares de alto tránsito. En el caso del baño, dada la humedad y el ingreso continuo durante el día, una resistencia de nivel III o IV será suficiente.
Para la elección, también es importante saber que los pisos de cerámica se clasifican en 3 niveles de calidad. El I es el de mejor calidad y el III el de peor. Para distinguirlos debemos revisar bien el material antes de comprarlo. Hay que comparar los defectos en el esmalte, las astillas en los bordes, la presencia de manchas o grietas, y cualquier asimetría presente en las piezas. Si las losetas se muestran impecables, entonces estaremos frente a una composición de cerámica de alto nivel.
Como se mencionó al inicio, hay pisos cerámicos en gran variedad de diseños. Así que para escoger el más adecuado debemos considerar el tipo de decoración que buscamos y, sobre todo, el efecto visual que queremos crear. Hay piezas que asimilan materiales como la madera, el mármol y la piedra, los cuales a su vez incorporan diseños con figuras geométricas, estilo talavera o mosaico, con efecto de granito, entre otros.
En cuanto a los colores, estos incluyen variedad de tonalidades en café, gris, blanco, beige, y múltiples contrastes. Si el espacio es reducido, lo mejor es incluir pisos claros, pues al reflejarse la luz del exterior, los espacios lucen más amplios e iluminados. Si, por el contrario, el espacio es grande, podemos jugar con colores más oscuros, por ejemplo, en gris con un acabado tipo cemento o cuarzo.
La idea es hacer una combinación armónica con los muros y muebles, así que las opciones son muchas. Los tonos neutros ayudan mucho a crear espacios más confortables y hogareños, mientras que los tonos más vibrantes o incluso oscuros contribuyen a crear decoraciones contemporáneas y elegantes.
También podemos elegir entre pisos brillantes o mate, aunque los primeros, por tener un trabajo superior de pulido y esmaltado, pueden ser más resbalosos que los segundos.
Es probable que al elegir nuestros pisos cerámicos para baños, encontremos opciones como el porcelanato, ya que, al igual que la cerámica, este material está fabricado con arcilla. Sin embargo, la principal diferencia radica en que el porcelanato incluye materia prima más refinada y purificada, y se prepara a una temperatura y presión más elevada.
Lo anterior hace que su resistencia a los golpes sea superior y soporte mejor el agua, sobre todo debido a la ausencia de poros en su superficie. Esto no significa que uno sea mejor que otro; la verdadera diferencia entre piso cerámico y porcelanato radica en el estilo que estemos buscando y las características del espacio a remodelar.
El porcelanato ofrece un óptimo uso frente a lugares de tránsito rudo, como terrazas o garajes, además de encontrarse en amplios formatos; mientras que la cerámica es más versátil en proyectos reducidos, como el baño, ya que es más fácil de trabajar.
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